25 Septiembre, 2017

LOS DESAFÍOS DE LA MEDICINA A DISTANCIA Y EL FIN DE LA FASE DE PRUEBA

Rompiendo los mitos la telemedicina acerca a los médicos a sus pacientes permitiendo un contacto directo y mucho más personalizado.

Especialistas que se forman con docentes ubicados en el lado opuesto del mundo. Un médico que monitorea desde su consulta la presión arterial a un paciente que no sale de casa. El diagnóstico oportuno a una persona que está en un lugar remoto. Todo esto es posible gracias a la unión de la tecnología con la medicina, una alianza que sólo trae beneficios.

El avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones ha impactado la vida cotidiana en ámbitos que en ocasiones no nos detenemos a analizar. Es el caso de la telemedicina, o la prestación de servicios médicos a distancia, que ha significado que hoy los pacientes puedan recibir diagnósticos, tratamientos y hasta cirugías a distancia y en tiempo real. En Chile, se utiliza tanto para las consultas remotas como para el envío de exámenes imagenológicos desde las regiones a la capital.

Y es que a grandes rasgos, la telemedicina incluye tanto el tratamiento a los pacientes como la formación de profesionales del área de la salud. Dentro de la práctica médica, este recurso se utiliza para hacer telediagnósis, teleconsulta, monitoreo remoto, almacenamiento digital de información médica y teleconferencias entre especialistas. Aquí, los mayores beneficiarios suelen ser los pacientes crónicos o personas mayores, que tienen dificultades para desplazarse o requieren de asistencia permanente.

Este tipo de avance obedecen a la necesidad global de llegar lugares remotos con la atención médica. Es por ello que evolución de la telemedicina ha ido de la mano de la historia de las telecomunicaciones, con la aparición del telégrafo, la radio, el teléfono, la televisión, los enlaces por satélite e Internet. A principios del siglo XX aparecieron los primeros antecedentes de la telemedicina, cuando se transmitieron resultados de rayos X a través del telégrafo en Australia. A finales de los años 50 se realiza una de las primeras implementaciones en la Universidad de Nebraska en Estados Unidos, un circuito cerrado de televisión que se usó para tratamiento y educación médica a distancia. Después vendría la conexión satelital entre un hospital de Alaska con otro de California.

El desarrollo de la telemedicina en Chile

El primer proyecto formal de telemedicina en el país data de 1996, cuando el doctor Mena conecta el departamento de patología del Hospitales Sótero del Río con el departamento de radiología del Hospital Clínico de la Universidad Católica. Dos años más tarde, el Ministerio de Salud pone en marcha un proyecto para transmitir radiografías y biopsias entre distintos hospitales del país. En 2003 comienza el proyecto de telemedicina en la Antártica, conocido como el Proyecto Argonauta, que permite transmitir imágenes radiológicas y telemonitorear a los pacientes. Hoy, el Ministerio de Salud trabaja con sistemas de teleconsulta y teleimagenología, que permite evaluar exámenes y otorgar atención especializada al paciente. Por medio de la teleimagenología se transmiten imágenes digitales de tomografías, electrocardiogramas y mamografías, entre otros, para la generación de informes diagnósticos en 24 horas. Esto ha sido de vital importancia y ayuda a los pacientes de las regiones más remotas, que pueden así ser evaluados por médicos especialistas de Santiago.

Un auspicioso futuro:

El desarrollo constante de la tecnología permite vislumbrar un auspicioso futuro de la telemedicina. Así, se espera que la medicina a distancia sufra algunos cambios que irán de la mano con la telefonía móvil y el uso de la “nube” para almacenar datos; algo que ya está en su fase inicial. Por ejemplo es lo que propone la empresa Médico Digital. Actualmente se encuentra en su periodo de prueba en el centro médico Kindepsa de Quillota, y promete un servicio simple de usar, amigable y adaptable.
El servicio permitirá acceder a la información médica desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo. La experiencia del usuario será personalizada ofreciendo una experiencia en tiempo real.
El acercamiento de estos recursos beneficiará la atención ambulatoria. Esto gracias a plataformas online que permiten a los médicos y centros de salud llevar tanto la agenda, como la ficha en forma digital, lo que permite con un solo click acceder a los antecedentes de los pacientes desde cualquier lugar donde exista conectividad. Médico Digital, por ejemplo, es uno de estas plataformas, que además de ofrecer el servicio tanto a centros médicos, como médicos individuales, es una plataforma amigable para usar incluso desde computadores externos al centro médico o consulta; no se debe bajar ningún software, y tampoco es necesario instalar programas especiales en los dispositivos.